Asier Hilario é o máximo responsable científico do xeoparque da Costa Vasca

Asier Hilario asegura que el Ortegal tiene potencial “de sobra” para conseguir el distintivo de geoparque de la UNESCO

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El Director científico del Geoparque de la Costa Vasca, Asier Hilario, recorre estos días el territorio del Ortegal para conocer de primera mano los recursos con los que cuenta la zona para proponer su candidatura como geoparque de la UNESCO. Hilario estuvo ayer en la zona costera y a lo largo de hoy visitó los municipios del interior -San Sadurniño, Cerdido y Moeche- con el objetivo también de orientar al Consejo de dirección del proyecto sobre cómo estructurar el plan estratégico. En una reunión con los responsables municipales de los siete ayuntamientos implicados, el experto aseguró que la zona dispone de recursos geológicos “de sobra” para avalar la entrada del complejo del Cabo Ortegal en la red global de geoparques. Sin embargo, también puntualizó que el proceso de obtención del distintivo “es largo” y que, una vez conseguido, hay que seguir trabajando para mantenerlo.

“Es importante que todos estéis con el proyecto. Si un falta, todo cae”, les dijo Hilario a los siete regidores para poner el acento en que la puesta en marcha de un geoparque no sólo implica contar con recursos relevantes desde el punto de vista científico, sino que también hace falta una definición “en conjunto” y unificada del proyecto que se quiere llevar adelante y que después deberá sostenerse en el tiempo.

En este sentido, el geólogo vasco consideró fundamental contar con un órgano de gestión propio que sea “muy ágil” a la hora de funcionar, de dinamizar el territorio y de aplicar la programación de actuaciones recogidas en el plan del proyecto. Para Hilario -y también para la UNESCO- el plan de gestión es básico.  “El Cabo Ortegal en geología se vende por sí solo por su relevancia científica, pero también es un sitio muy espectacular. Un geoparque no es solamente eso, ahora tenemos que hacer que ese recurso sea ‘consumible’ y que sirva para el desarrollo local. De lo que se trata es de hacer un buen proyecto para aprovechar ese recurso a través de la ciencia, del turismo, de la educación… y lograr con la implicación de los agentes sociales que la zona se posicione internacionalmente”.

Sin embargo, el camino para la obtención del distintivo de la UNESCO es largo. A principios de año hay que enviarle una carta a el Comité Nacional de Geoparques para manifestarle la intención de optar al reconocimiento. Luego, antes de que finalice el año, también hay que canalizar a través de ese órgano consultivo estatal el documento completo de la candidatura y, si todo va bien, antes del verano del año siguiente la UNESCO enviará su personal de evaluación, que revisará in situ se se cumplen las condiciones para obtener el sello que en estos momentos sólo tienen 145 lugares en todo el mundo, 11 de ellos en España. Un sello que, para hacernos una idea, tiene la misma categoría de reconocimiento internacional que el de una ciudad o monumento Patrimonio de la Humanidad.

A diferencia de otros proyectos, en este caso la evaluación se hace con la iniciativa ya en funcionamiento. Es decir, no sirve con presentar únicamente papeles y después esperar a ver qué pasa, sino que, en el momento en que se da el paso de presentar la candidatura, ya hay que estar trabajando. “Cuando un geoparque recibe los evaluadores tiene que demostrar que ya está funcionando como geoparque”, comenta Asier Hilario. “Tienen que ver claramente que es algo que ya está en marcha.” Además, después de entrar en la red también hay deberes. Una de ellas es, precisamente, trabajar en red con otros geoparques; otra sería la de pasar las revisiones de la UNESCO cada dos años e incluso la de que el personal técnico de gestión tiene que asistir  a los congresos y convenciones convocados en todo el mundo por la red global.

Una figura que tira por el desarrollo sostenible
Básicamente, lo que hace la figura del geoparque es poner en valor el patrimonio geológico de un área determinada -que de por sí debe tener características especiales merecedoras del distintivo-, juntándolo con otros factores. Hilario lo explica de forma gráfica: “hay que tener un discurso, saber qué vamos a contar. Tenemos la letra A de los elementos abióticos -el patrimonio geológico-, sobre los que se asienta la letra B de los elementos bióticos -la fauna, la flora y la población- y, por último, tenemos la letra C de la cultura asociada a todos los anteriores”. Esas tres letras son las tres grandes líneas que marcan la estrategia de cualquier iniciativa que aspire a convertirse en geoparque que, en cualquiera caso, también debe ir acompañado “de un plan de interpretación” que ayude a entenderlo por parte de las personas visitantes y, al mismo tiempo, a que la población de la zona se identifique y haga suyo el proyecto.

Asier Hilario contó la experiencia del geoparque que é coordina desde el punto de vista científico. Abarca unos 13 Km. de la costa de los municipios guipuzcoanos de Deba, Zumaia y Mutriku. Allí empezaron a trabajar en el año 2005 poniendo en valor como atractivo turístico las formaciones rocosas denominadas  flysch. Cinco años después entraron en la red de geoparques con una candidatura que ya venía avalada por el trabajo previo. La gestión se hace mediante una asociación de la que forman parte los tres ayuntamientos, la Diputación Foral de Guipúzcoa y el Gobierno Vasco. El balance anual apunta, según Hilario, a que por el geoparque pasan entre 100.000 y 120.000 personas al año, que suponen un “importante retorno” para el territorio -hostelería, empresas turísticas, etc.- que en estos momentos está siendo objeto de estudio por medio de una tesis doctoral.

Sobre esta cuestión, el geólogo es tajante: “esto merece la pena, merece muchísimo la pena”. Pero también advierte de que hace falta trabajar y que, una vez puesto en marcha, los ayuntamientos han de asumir la responsabilidad de sostener el geoparque.  “Los ayuntamientos tienen que  aportar, el geoparque no hace el trabajo por ellos”. Entre las recomendaciones que Hilario les dio a los representantes municipales y de la Diputación estuvo la de elaborar un plan director -que se contratará en breve- que sea “sencillo, flexible y que sea lo más barato posible”. También aconsejó no demorarse demasiado en la busca de personal especializado “que tire del carro” para hacer la labor de dinamización y el trabajo de preparación de la candidatura.

El geólogo vasco recorrió ayer la zona costera del complejo del Cabo Ortegal y hoy estuvo en los municipios del interior. En San Sadurniño se acercó por la mañana a la zona del castillo de Naraío y del Forgoselo y, antes del mediodía mantuvo un encuentro con los seis alcaldes y la alcaldesa de los ayuntamientos implicados, junto con representantes de la Diputación de A Coruña y con su responsable de Turismo y Patrimonio, Xosé Regueira. Ya por la tarde, Asier Hilario visitó las minas de Cerdido y Moeche, así como la empresa Lácteos de Moeche. En su estancia por la zona contó como guía técnico con el geólogo Fran Canosa.

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