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El proyecto de Geoparque del Cabo Ortegal acoge el Geolodía coruñés este 2023

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Como suele ser costumbre, desde la Sociedad Geológica de España (SGE), con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y la Asociación Española para la Enseñanza de las Ciencias de la Tierra (AEPECT), y con el patrocinio de numerosas entidades públicas y privadas; se organizará una nueva edición del Geolodía para el primer fin de semana de mayo. Bajo el lema “Mira lo que pisas” los geolodías persiguen acercar a la población la importancia de la geología y el trabajo de sus profesionales, divulgando esta ciencia que tanta importancia tiene en nuestro día a día sin que en ocasiones nos demos cuenta de ello. Esta iniciativa organiza excursiones geológicas gratuitas y abiertas a todos los públicos, guiadas por geólogas y geólogos en cada provincia. En esta ocasión, la edición coruñesa eligió el territorio del proyecto de Geopaque Cabo Ortegal como escenario, concretamente en los ayuntamientos de Moeche, Cerdido, Cedeira y Ortigueira, puesto que el resto de ayuntamientos ya fueron organizadores en ediciones pasadas (2014, 2015 y 2017). Por ello la Asociación para la Gestión del Proyecto del Geoparque del Cabo Ortegal y la Asociación de amigos del Parque Geológico del Cabo Ortegal son los encargados de organizar este año la iniciativa.

El evento fue presentado ayer miércoles 19 de abril en el Castelo de Moeche, y contó con los representantes de los ayuntamientos del proyecto del Geoparque, miembros de la Asociación de amigos del Parque Geológico del Cabo Ortegal y Francisco Canosa, Doctor en geología, miembro de la SGE y guía en los geolodías desde hace 10 años, y que también estará al cargo del itinerario en esta nueva edición.

El proyecto de Geoparque Cabo Ortegal se ubica en una zona privilegiada, al norte de la provincia, y la relevancia geológica de su territorio se debe a la presencia de rocas que hace millones de años estuvieron en el Manto superior de la Tierra, a más de 70 kilómetros de profundidad. Estos materiales se elevaron a la superficie hace aproximadamente 350 millones de años, cuando los dos supercontinentes de Laurassia y Gonswana chocaron entre sí durante la conocida como Orogenia Hercínica o Varisca. Como resultado, se formó una gran cordillera montañosa, más alta que el Himalaya y de más de 3000 kilómetros de longitud.

Aprovechando este maravilloso entorno geológico y paisajístico, el geolodía se desarrollará los días 6 y 7 de mayo a través de un itinerario que contará con seis paradas que permitirán descubrir aún más sobre la riqueza y singularidad geológica del territorio. La actividad está abierta a todos los públicos, pero cuenta con un número limitado de plazas por lo que es necesaria una inscripción previa (a partir del 22 de abril).

1 – Monte da Caleira

En esta primera parada se podrá descubrir el Toelo, piedra de Moeche o serpentina, las distintas maneras que tiene la población local de llamar a una roca gris verdosa que aparece en el entorno de Moeche, San Sadurniño y Cerdido. Esta roca tan singular en origen se encontraba en el Manto terrestre y para conocer un poco más sobre ella es imprescindible visitar el Monte da Caleira, donde se encontraba en mayor número de afloramientos. Allí se abrieron un gran número de canteras para explotar el Toelo, con fines ornamentales, junto a los mármoles que también se encuentran en la zona, material poco habitual en Galicia.

2 – A Painceira

En el entorno de Cerdido y Moeche, la minería del cobre suponía una de las principales actividades industriales. Es por ello que existen muchas minas en la zona, como es el caso de A Painceira, donde se extraía calcopirita, el mineral que portaba el cobre, y que era parcialmente procesado en el territorio antes de enviarlo a Inglaterra para su tratamiento final. La formación de estos depósitos de cobre se relaciona con un fenómeno submarino, las fumarolas, en el cual el agua rica en sulfuros que asciende de fuentes hidrotermales a temperaturas de hasta 400°C al entrar en contacto con el agua del océano reacciona y provoca la precipitación de los sulfuros, que pasan a formar una capa sobre el lecho marino.

3 – Chao do Monte

En este mirador natural sobre los acantilados de la Sierra de A Capelada y Santo Andrés de Teixido descubriremos distintas singularidades geológicas. Por un lado, las peridotitas, rocas formadas de olivino y que constituyen la mayor parte del Manto terrestre; por otro, las granulitas, materiales metamórficos de la Corteza inferior con bandas ricas en granates; y en medio, un excepcional afloramiento de la famosa discontinuidad de Mohorovi?i?, o lo que es lo mismo, la transición entre la Corteza y el Manto.

4 – Acantilados de Herbeira

Sin duda uno de los paisajes más reconocidos del territorio. Estos acantilados son de origen tectónico, consecuencia de la Orogenia Alpina que también dio lugar a los Alpes y que provocó que el terreno se fracturase en bloques y algunos de ellos de elevasen sobre los otros. La Garita de Herbeira constituye el punto más elevado, a 615 metros, siendo el tercer acantilado más alto de Europa y el primero de la Europa Continental. Los acantilados están constituidos de peridotitas y que como resultado de la erosión formaron una playa de arena negra no volcánica, algo único en el mundo.

5 – O Casón

En este punto destaca la presencia de ecloxitas, rocas metamórficas de alta presión en zonas de subducción, muy vistosas ya que contienen granate de color rojo y piroxeno de color verde. Es raro encontrar estas rocas en la superficie terrestre, siendo éste el mayor afloramiento mundial de ecloxitas. Gracias a la erosión diferencial del mismo, se formó este alto sobre la ría de Ortigueira, donde encontramos actualmente el yacimiento arqueológico del castillo de O Casón.

6 – Pozo del Infierno

Esta cascada, se encuentra en el Regato de Cerdeiras, uno de los afluentes de cabecera del río Casón, que nace a 450 metros de altitud y en sólo 6 kilómetros llega a la ría de Ortigueria. Esto implica la presencia de cascadas, en concreto dos, la del Pozo del Infierno, resultado de la presencia de una zona de fractura sobre gneises; y la de la Cruz, que se originó por la presencia de una banda de ecloxitas más resistentes a la erosión.

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