El Ayuntamiento de Moeche acogió este martes la reunión de los siete municipios comprometidos con el proyecto del geoparque del Cabo Ortegal. Además de la alcaldesa de Moeche, en el encuentro de trabajo estuvieron presentes los regidores de Cariño, Cedeira, Cerdido, Ortigueira, San Sadurniño y Valdoviño, quienes pusieron encima de la mesa los pasos que se deben dar a partir de ahora para preparar la candidatura que, previsiblemente, se presentará el año que viene. La primera actuación será la ejecución del Plan director donde se recojan los principales objetivos y líneas y acción que permitan obtener el distintivo otorgado por la UNESCO. Sin embargo, en la reunión también se habló del diseño de una imagen que identifique la iniciativa y de la necesidad de implicar en el proyecto al tejido social de los siete ayuntamientos.
El encuentro municipal es el primero que se celebra tras el acuerdo adoptado la semana pasada por la Diputación de A Coruña para implicarse en la puesta en marcha del geoparque. El organismo provincial suscribirá en breve un convenio con los ayuntamientos de cara a crear un ente virtual que ampare el trabajo de preparación de la candidatura y, principalmente, las actuaciones sobre el territorio que le proporcionen el aval necesario ante la UNESCO. El acuerdo, con una vigencia inicial de 4 años, prevé una inversión total de 500.000 euros.
La alcaldesa de Moeche, Beatriz Bascoy, indicó al final de la reunión que el primer paso que se va a dar es precisamente la firma del convenio con la Diputación y la definición de cómo se va a materializar en la práctica esa cooperación. La tarea más urgente es “acordar el Plan director, que es lo que nos va a marcar los pasos que vamos a dar en el año previo a la presentación de la candidatura, que esperamos presentar el año que viene”. Otros compromisos alcanzados en la reunión fueron “crear una imagen que identifique bien el geoparque” e “integrar e implicar a todo el movimiento asociativo y el conjunto de la sociedad, por lo que puede suponer de impulso al desarrollo local, ya que esto no sólo es cultura sino también economía”.
La parte de la identificación de la riqueza geológica de la zona y su singularidad está muy avanzada gracias al trabajo de la Asociación de Amigos del Parque Geológico del Cabo Ortegal y de uno de sus integrantes, el geólogo Francisco Canosa. El área abarca 630 Km² de superficie de los municipios de Cariño, Cedeira, Cerdido, Moeche, Ortigueira, San Sadurniño y Valdoviño (As Somozas se desmarcó desde lo comienzo del proyecto), donde se localizan hasta 52 lugares de interés geológico y 5 sitios de relevancia internacional por encontrarse en ellos formaciones únicas o casi imposibles de ver en ningún otro lugar del mundo. Nuestra zona cuenta con playas de arena roja, raras playas de arena negra no como la de Teixidelo, la única en el planeta -que se sepa- de origen no volcánico, afloramientos de lava, granitos negros, restos glaciales, y rocas que habitualmente están a más de 70 kilómetros de profundidad y que aquí pueden observarse la simple vista.
Sin embargo, un geoparque no es solo geología, sino que esa herencia natural debe estar vinculada -y así lo exige la propia UNESCO- con otros aspectos, como el desarrollo económico sostenible, la cultura y el patrimonio. En este sentido, los geoparques buscan ser motor para un “turismo de calidad y con cierto poder adquisitivo” y para otras iniciativas de promoción local que puedan beneficiarse de este reconocimiento internacional. En el mundo existen actualmente 119 geoparques y en Europa 63, de los que 11 están en España tras la reciente incorporación de la zona burgalesa de Las Loras. Según la portavoz de los municipios, la experiencia demuestra que los geoparques que ya funcionan en otros lugares “están creando riqueza, han creado puestos de trabajo y suponen inversiones”.
Desde los ayuntamientos implicados en el proyecto se insiste, una vez más, en que el sello de Geoparque Mundial de la UNESCO es un reconocimiento simbólico que no implica ningún tipo de restricción sobre actividades económicas o usos del suelo. “Un geoparque no tiene ningún tipo de limitaciones ni de protecciones especiales, lo único que hace es utilizar unos valores geológicos que ya tenemos para ponerlos en valor y aprovechar ese valor para potenciar toda la zona en el plano productivo, en el plano cultural y en el plano histórico. No es un parque natural, no es una Red natura, no es un lugar para conservar en una urna donde no puedas hacer nada, se va a poder seguir plantando, se va a poder seguir viviendo y haciendo todo conforme a la normativa urbanística y forestal que haya en la comunidad y en los propios ayuntamientos. No afecta en absoluto. Quien diga eso es porque tiene algún interés en que no haya geoparque”, comenta Beatriz Bascoy.