Qué es un geoparque

Geoparques en el mundo

En estos momentos hay declarados un total de 177 geoparques repartidos por 46 países. 90 de ellos están en Europa (cuatro de ellos transnacionales). En España existen 15 territorios con el distintivo de la UNESCO. Los más recientes -declarados en 2020- son el Geoparque de Granada y el del Maestrazgo. En Galicia tenemos el Geoparque de las Montañas del Courel, el primero que consiguió la cualificación en nuestra comunidad y el único, por ahora, del extremo noroccidental del Estado. 

Para saber más

Un geoparque es un territorio que posee un patrimonio geológico de relevancia internacional y con un alto valor para el conocimiento de la historia de la Tierra. Esa es una de sus características, pero hai más: los geoparques son también figuras de gestión  que buscan conservar, divulgar y poner en valor la riqueza geológica como base para un desarrollo sostenible de las áreas donde se asientan. 

La denominación correcta de un geoparque es Geoparque Mundial de la UNESCO, puesto que es este organismo de las Naciones Unidas quien otorga el distintivo, siempre que se solicite previamente y se cumplan varios requisitos:

  • Que sea un territorio unificado geográficamente, con referentes geológicos únicos y con cierto atractivo visual y de contenido para visitantes. 
  • Que exista una entidad con capacidad de gestión encargada de llevar a cabo una estrategia integral relacionada con la conservación de los recursos, la investigación, la educación, el turismo y el desarrollo económico y social.
  • Que esa estrategia esté en marcha incluso antes de la presentación de la candidatura, con actuaciones de puesta en valor de la geología y medidas que garanticen la máxima participación social, ya que los geoparques deben estar construídos desde abajo hacia arriba.  
  • Que existan recursos económicos suficientes para el sostenimiento del plan de acción, que después puede llevarse a cabo directamente o bien con la colaboración de empresas y entidades del territorio. 

Un geoparque no es una figura legal que implique restricciones sobre los usos del suelo, aunque el hecho de optar al sello de la UNESCO sí exija ciertos compromisos de conservación de los recursos geológicos.

En resumen: el geoparque ha de tener un patrimonio geológico destacado que se gestione vinculándolo con la cultura, la naturaleza, el tejido socioeconómico y la sostenibilidad, con el objetivo de cohesionar el territorio, reforzar la identidad de sus habitantes con la riqueza del área en la que viven y contribuír desde el ámbito local al conocimiento global de nuestro planeta.  

La UNESCO sólo permite el uso de su logo en los territorios que hayan obtenido la cualificación de geoparque

Ser geoparque

El camino para la obtención de título de Geoparque Mundial de la UNESCO es largo. En primer lugar, los territorios ya deben estar funcionando como geoparques incluso antes de llegar a serlo. Es decir, deben de tener una cierta experiencia acumulada aplicando las líneas maestras definidas por la UNESCO, sobre todo en lo referido al conocimiento de los recursos geológicos e a la concienciación sobre su valor. 

También deben estar respaldados por un ente gestor y por un plan estratégico y, a partir de ahí, ya se pueden empezar a dar pasos para promover una candidatura. Un proceso que durará almenos dos años y que arranca con el envío al Comité de Geoparques de cada estado de una manifestación previa mostrando el interés en obtener el distintivo, algo que debe efectuarse antes del 1 de abril de cada año.  

Posteriormente, y antes del 1 de junio de ese primer año de tramitación, tiene que iniciarse la exposición pública de la propuesta de creación del geoparque y remitir la documentación completa del proyecto. Del 1 de junio al 31 de julio el comité analizará la propuesta y emitirá su informe -favorable o no- que le será trasladado a la Comisión de Cooperación con la UNESCO del país donde se encuentre el territorio candidato. En ese tiempo pueden requerirse subsanaciones de la documentación o del argumentario que, en todo caso, tendrán que estar incorporadas al expediente antes de que finalice septiembre.

Entre el 1 de octubre y el 30 de noviembre se sabrá si la delegación de cooperación con la UNESCO apoya o no el proyecto. En cada estado sólo se seleccionan dos candidaturas al año como máximo. Si el veredicto es favorable, la propia Comisión de Cooperación con la UNESCO le enviará la correspondiente carta al Programa Internacional de Ciencias de la Tierra y Geoparques (PICTG), el organismo que tiene la última palabra en la asignación del sello.  

En el segundo año de tramitación, el PICTG evaluará más detalladamente la candidatura y enviará a partir del 1 de mayo una misión de inspección sobre el terreno que mira tanto la aplicación práctica de la estrategia definida en el proyecto como el grado de implicación de la población del territorio. 

La inspección de la UNESCO es tan exigente y exhaustiva que incluso realiza entrevistas aleatorias para anotar hasta qué punto la gente de la zona conoce la iniciativa. Si se cumplen los plazos previstos, el resultado de la evaluación se debatirá en el Consejo de Geoparques Mundiales en el mes de septiembre. Una vez superado este penúltimo filtro, la propuesta deberá ser ratificada por la Dirección General de la UNESCO y elevada a definitiva por el Consejo Ejecutivo de este organismo dependiente de la ONU. 

Las ventajas

La obtención del distintivo de Geoparque Mundial de la UNESCO tiene como principal ventaja la ampliación del conocimiento del lugar en el que vivimos, entendiéndolo como resultado de millones de años de cambios costantes. El sustrato geológico es la base de todo: sobre él ha crecido la vida y también ha evolucionado la Humanidad adaptándose a las peculiaridades de cada zona. El paisaje heredado de los cambios terrestres es fundamental para comprender nuestra propia realidad social, cultural y económica. 

Todo ese conocimiento asociado a la geología se pone en valor con la figura de los geoparques, principalmente a través de un turismo desestacionalizado que le descubre a las personas visitantes lugares con características únicas, pero también naturaleza, patrimonio, gastronomía y tradición. El geoparque es en sí mismo una marca turística amparada por la UNESCO que puede y debe generar oportunidades económicas y de empleo. 

Cerca de Galicia tenemos ejemplos sobre cómo repercute un geoparque en su territorio. El Geoparkea de la Costa Vasca, que abarca los municipios de Mutriku, Deba y Zumaia, recibe cada año unas 150.000 visitas de las que aproximadamente 40.000 son con guías de distintas empresas que tienen en el geoparque una de sus principales fuentes de ingresos. Más cerca de Galicia, en el Geoparque de Arouca (Portugal), con una población de unos 22.000 habitantes y la mitad de superficie que la zona del Ortegal, se estima un impacto económico anual de unos 15 millones de euros.  

Otros beneficios de ser geoparque son el refuerzo de la identidad territorial, la posibilidad de acceder a más líneas de ayuda europeas -programas Interreg, por ejemplo-, pertenecer a una red mundial de intercambio de conocimientos y experiencia, la creación de oportunidades de negocio y para la fijación de población, etc. 

Compromisos

Ser geoparque UNESCO tiene la misma relevancia internacional que una declaración de Patrimonio de la Humanidad. Ese es el motivo de que sólo alcancen esa cualificación territorios que destacan por su geología única y por la manera en que la ponen en valor procurando cumplir, además, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
Sin embargo, el sello de Geoparque Mundial de la UNESCO no es un título permanente, sino que hay que trabajar constantemente para mantenerlo. De hecho, cada cuatro años hay que pasar una especie de reválida con inspecciones internacionales que comprueban sobre el terreno que se están cumpliendo los objetivos de desarrollo, de conservación, educativos, científicos, de dinamización territorial, de comunicación, etc., y que se están obteniendo resultados. En caso contrario se exige la adopción de medidas correctoras o el impulso de nuevas líneas de trabajo que permitan cumplir la estrategia. Esto es importante, puesto que es más fácil perder la cualificación de geoparque que conseguirla.  
Cada geoparque tiene un discurso propio y diferenciado de los demás, como parte de un gran rompecabezas con piezas repartidas por todo el mundo que en conjunto nos ayudan a entender como se configuró la Tierra durante millones de años y de qué manera han evolucionado en cada zona el paisaje, las sociedades y las culturas. 
En este sentido, los geoparques están obligados a mantener entre ellos una relación constante a través de foros especializados y eventos en los que se intercambian experiencias y buenas prácticas, con la finalidad de reforzar la red mundial y, más que nada, el conocimiento de los capítulos de la historia terrestre que se escriben en cada parte del mundo. Esa relación se mantiene en tres niveles: en el Foro Español de Geoparques, en la Red Europea de Geoparques y en la Red Global de Geoparques. 

Un viaje al interior de la Tierra

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